El Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (IDAE) y la Asociación Española de Biogás (AEBIG) han elaborado la ‘Guía de Buenas Prácticas para la Implantación de Proyectos de Biogás y Biometano’ con el propósito de facilitar el desarrollo territorial de este tipo de plantas, mejorando su integración en las comunidades locales y su contribución a la economía circular y la sostenibilidad. El documento establece siete líneas de actuación prioritarias, entre las que destacan la participación ciudadana, el compromiso ambiental y la generación de beneficios para el entorno.

Esta iniciativa surge ante la necesidad de establecer criterios que aseguren una implantación con beneficios tangibles tanto para el medio ambiente como para las comunidades que acogen estas instalaciones.
Despliegue de plantas de biogás y biometano en el territorio
Las plantas de biogás y biometano representan una solución integral que une energía, sostenibilidad y medioambiente. A través de la transformación de residuos orgánicos en energía limpia y de proximidad, se mejora la gestión de residuos, se reduce la dependencia energética exterior y se produce un abono natural que favorece prácticas agrícolas más sostenibles.
El biogás y el biometano pueden desplazar a los combustibles fósiles en la generación de electricidad, calor o combustible para vehículos, y contribuyen a cumplir los objetivos de reducción de emisiones y de penetración de energías renovables de España para 2030, recogidos en el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima 2023-2030 (PNIEC).
El documento ‘Guía de Buenas Prácticas para la Implantación de Proyectos de Biogás y Biometano‘ tiene como objetivo contribuir al despliegue de plantas de biogás y biometano en el territorio. El enfoque principal de la guía es potenciar la contribución de estos proyectos a la economía circular, fortalecer su integración social y minimizar impactos adversos. Para ello, se han evaluado experiencias reales de funcionamiento de plantas en los últimos años, lo que ha permitido identificar áreas clave de actuación.
La publicación propone siete líneas fundamentales que pasan por fomentar procesos abiertos que garanticen la implicación de la población local desde las fases iniciales; asegurar que los proyectos se alineen con los objetivos de sostenibilidad y preservación del medio natural; impulsar un retorno positivo para el territorio, a través de empleo, servicios o inversión social; elegir ubicaciones que equilibren viabilidad técnica, impacto ambiental y aceptación social; aplicar procesos que minimicen riesgos y maximicen el aprovechamiento de recursos; tratar correctamente los subproductos generados para evitar impactos negativos y potenciar su valorización; e implementar protocolos robustos que garanticen el funcionamiento seguro de las instalaciones.