La Comisión Europea presenta el Plan de trabajo de la energía de cara a 2050.

A fin de alcanzar el objetivo de reducir las emisiones en más de un 80 % para 2050, la producción energética de Europa no tendrá que emitir prácticamente carbono. La manera de conseguirlo sin perturbar el abastecimiento energético y la competitividad es la pregunta a la que responde el Plan de trabajo de la energía de cara a 2050 que la Comisión presentó el pasado día 15 de diciembre.

Basándose en el análisis de una serie de supuestos, el documento explica las consecuencias de un sistema energético sin emisiones de carbono y el marco político necesario. Esto debería permitir a los Estados miembros tomar las decisiones necesarias en materia de energía y crear un entorno empresarial estable para la inversión privada, especialmente hasta 2030.

Günther Oettinger, Comisario de Energía, ha declarado lo siguiente: «Solo un nuevo modelo energético hará que nuestro sistema sea seguro, competitivo y sostenible a largo plazo. Ahora tenemos un marco europeo para las medidas estratégicas necesarias que han de adoptarse para garantizar las inversiones correctas».

El análisis se basa en supuestos ilustrativos creados combinando de distintas formas las cuatro vías principales de descarbonización (eficiencia energética, energía procedente de fuentes renovables, energía nuclear y CAC). Es probable que ninguna se haga realidad, pero todos los supuestos indican claramente una serie de opciones «sin pesar» para los próximos años.

El Plan de trabajo de la energía de cara a 2050 señala varios elementos que tienen consecuencias positivas en todas las circunstancias y que definen así algunas conclusiones fundamentales como las siguientes:

 
 
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