Un informe de la asociación europea SmartEn analiza cómo las comunidades energéticas mejoran la eficiencia y contribuyen al ahorro

La asociación empresarial europea smartEn, que integra soluciones para la transición energética dirigidas al consumidor, ha presentado el informe ‘Comunidades energéticas para aumentar la eficiencia del sistema local’. El documento identifica cómo las comunidades energéticas pueden fortalecer su modelo de negocio, al mismo tiempo que optimizan el uso de la red existente, retrasan y evitan la expansión de la red, integran más energía renovable y electrifican el transporte y los edificios.

El informe ‘Comunidades energéticas para aumentar la eficiencia del sistema local’ analiza cómo estas comunidades mejoran la eficiencia energética y contribuyen al ahorro.

El informe también explora los servicios de apoyo que podrían contribuir a un mayor desarrollo y ampliación de las comunidades energéticas, así como recomendaciones que podrían aumentar su eficiencia y eficacia.

Este documento se basa en cuatro puntos clave. El primero de ellos se basa en que las comunidades energéticas pueden generar ahorros mediante el autoconsumo colectivo, evitar los cargos de la red de transmisión, evitar la expansión de la red y aumentar la resiliencia. El segundo en que los servicios de financiación, agregación, facilitación y análisis de información podrían ayudar a ampliar las comunidades energéticas.

Además, para desbloquear su potencial, los estados miembros deben implementar completamente el paquete de energía limpia, eliminar las limitaciones geográficas y locales arbitrarias de las plantas, alentar la participación de las PYME y los C&I y revisar las tarifas de la red nacional. Por último, la Comisión Europea debería ayudar a armonizar las normas y reglamentos entre los estados miembros de la UE y garantizar la transparencia de los DSO.

Caso Vergy, estudio realizado en España

El informe analiza siete casos de comunidades energéticas. Uno de ellos es el de Vergy en España. El municipio de Fornes (Granada) es uno de los primeros en una lista de 17 comunidades energéticas en las que Vergy ha estado trabajando en 2021. Esta energía comunitaria se ha diseñado con el objetivo de simplificar el proceso de participación para que los ciudadanos puedan involucrarse fácilmente y ver el valor que proporciona.

Fornes, en Granada, es uno de los municipios en los que Vergy ha puesto en práctica esta energía comunitaria.

El Ayuntamiento de Fornes es responsable de toda la inversión en infraestructura solar. También proporciona el espacio público en el que se instalan los paneles solares. Parte de la energía solar se consumirá por el ayuntamiento y sus edificios públicos. La otra parte se ofrecerá a los ciudadanos en “paquetes de energía” (0.5KW, 1KW, 2KW, etc).

Por su parte, los ciudadanos que accedan a estos ‘paquetes energéticos’ pagarán a cambio una anualidad. Dicha cuota será inferior al ahorro anual que proporciona la energía solar. Por otro lado, el ayuntamiento utilizará ese dinero para devolver el crédito bancario solicitado, pagar a Vergy por la gestión de la comunidad (mantenimiento, apoyo, etcétera), llenar una ‘hucha comunitaria’ que se utilizará para mejorar la energía bien agregando más paneles solares o bien promoviendo actividades sociales en el municipio.

Los ciudadanos de Fornes que accedan a los ‘paquetes energéticos’ pagarán a cambio una cuota que será inferior al ahorro anual que proporciona la energía solar.

A través de este modelo los ciudadanos de Fornes tendrán beneficios explícitos como el ahorro, disponer de una energía más limpia y mayor confort. Este modelo se concibe como una forma de ayudar a las personas a comprender el valor de compartir energía y tomando decisiones juntos. Más adelante, el objetivo es pasar a otros modelos como asociaciones privadas o cooperativas en las que los ciudadanos podrán participar.

La finalidad de Vergy ha sido trabajar en estrecha colaboración con el Ayuntamiento de Fornes para comprender el valor de una Comunidad de Energía, validar el interés de la ciudadanía en un proyecto como este de diseño técnico de comunidades energéticas y dar soporte en temas legales y administrativos.

Su visión es convertirse en el ‘Facilitador de la Comunidad Energética’, no solo ayudando en el día a día de la comunidad, sino también poniendo en marcha tecnologías y soluciones que permitirán una mejor optimización energética para la comunidad.

Otros casos de comunidades energéticas

El informe presenta también otros casos en tres países europeos: Portugal, Italia y Francia. En el caso de Portugal, el ejemplo práctico para poner en marcha comunidades energéticas renovables es de Cleanwatts. Esta empresa espera crear alrededor de 20 nuevas Comunidades de Energía Renovable al mes durante 2022 en el país luso. De hecho, hasta enero de 2022 ya ha contratado 34 de estas comunidades con una generación total de aproximadamente 5,8 MWp y 276 miembros.

La empresa lusa Cleanwatts espera crear 20 Comunidades de Energía Renovable al mes durante el año 2022.

En Francia el caso práctico es el de tiko & ENGIE. La empresa ENGIE puso en marcha el primer proyecto de autoconsumo colectivo de Francia llamado Harmon’Yeu.

Como parte de este proyecto, 23 hogares comparten la electricidad producida por paneles solares instalados en cinco de ellos. Las viviendas también se dotaron de pasarela y contador inteligente de tiko Energy, que permite a ENGIE administrar los activos para optimizar la producción y el consumo. Al mismo tiempo proporciona al cliente una aplicación para visualizar su actividad energética.

Además, se instalaron una batería y algunas bombas de calor para almacenar parte de la energía producida y no consumida inmediatamente. Esta configuración permitió a los participantes consumir el 96% de la electricidad producida durante los tres primeros meses del proyecto, cubriendo el 28% de las necesidades de los hogares involucrados.

En Francia se puso en marcha el primer proyecto de autoconsumo colectivo francés llamado Harmon’Yeu en el que participaron 23 hogares.

En el noroeste de Italia se encuentra el caso de EPQ, una pequeña empresa de servicios energéticos. La compañía ha apoyado en todo momento la creación de una comunidad energética. Para ello, en un principio, se identificaron dos techos de escuelas públicas para la instalación de paneles solares fotovoltaicos. Posteriormente se analizaron los consumos eléctricos relativos a la optimización de la potencia fotovoltaica a instalar para maximizar el aprovechamiento energético y los beneficios económicos.

De acuerdo con el plan de negocios el proyecto genera un retorno económico de unos 18.800 euros al año. Además, las partes interesadas en la Comunidad energética renovable están considerando establecer un fondo para la pobreza energética, es decir, proporcionar ayuda financiera para el pago de las facturas de electricidad de los hogares necesitados de asistencia; y promover servicios adicionales (por ejemplo, estaciones de carga gratuitas para vehículos eléctricos) dentro de la comunidad.

El proyecto de Powerledger, en asociación con Carlton United Cervecerías y Diamond Energy, permite cambiar a los clientes el exceso de energía solar por cerveza VB.

Los otros tres casos que analiza el informe son el de Grid Singularity Exchange, el proyecto de Powerledger en asociación con Carlton United Cervecerías y Diamond Energy; y el de la compañía Spectral. En el primer caso para optimizar la estructura de la comunidad energética se basan en una simulación gratuita. La segunda se centra en el intercambio solar y permite cambiar a los clientes el exceso de energía solar por cerveza VB. Por último, el caso de Spectral consiste en un escaparate de energía inteligente para crear distritos de energía positiva.

Objetivo para 2030

La UE ha estado ampliando sus ambiciones climáticas y energéticas, y ahora se ha comprometido a reducir el 55% de las emisiones netas de GEI para 2030. Para lograr este objetivo, se requieren inversiones masivas en recursos energéticos descentralizados, como energía solar, eólica, almacenamiento, nuevas cargas como vehículos eléctricos o bombas de calor, y todo tipo de soluciones energéticas inteligentes que puedan permitir que estos recursos utilicen la infraestructura eléctrica europea de la forma más eficiente posible.

Esto no es solo un desafío financiero, sino también organizativo. El informe de smartEn destaca que se requiere la participación de los usuarios finales y los ciudadanos, y las comunidades energéticas pueden contribuir en este sentido. Tal y como se indica en el reciente informe ‘Estado de la Unión de la Energía’, al menos 2 millones de personas en la UE ya están participando en más de 7.700 comunidades energéticas, y el compromiso va en aumento. También han aportado hasta el 7% de las capacidades instaladas a nivel nacional de renovables, estimadas en 6,3 GW.

 
 
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