Geotermia y gas natural para hacer más sostenible una clínica pública de Navarra

Sala de calderas de la clínica Ubarmin., en Navarra.

La Clínica Ubarmin, perteneciente al Complejo Hospitalario de Navarra (CHN), ha estrenado una nueva sala de calderas de gas que permitirá al centro reducir un 40% de las emisiones de CO2 y un ahorro anual de 120.000 euros.

El consejero de Salud, Fernando Domínguez, durante una visita a las nuevas instalaciones de la clínica Ubarmin.

La instalación, que ha supuesto una inversión de 624.000 euros, permitirá mejorar un 20% el rendimiento estacional de la sala de calderas, que antes de la reforma se situaba entre el 70%-80% y a partir de ahora se prevé que alcance el 90%-95%.

La solución implantada ha consistido en la sustitución de la antigua sala de calderas de gasóleo y sus colectores de distribución asociados por una instalación de seis calderas de gas natural. Las obras comenzaron en octubre de 2016 y finalizarán este mes de junio, si bien cuatro de las calderas ya entraron en funcionamiento el pasado mes de marzo.

El objetivo de la reforma ha sido mejorar la eficiencia energética de las instalaciones de producción y distribución de energía térmica en la clínica Ubarmin y obtener un ahorro económico en los costes producción de calefacción y agua caliente sanitaria (ACS). El proyecto forma parte del Plan de Ahorro y Eficiencia Energético del Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea y el plan de mejora continua de las instalaciones del Complejo Hospitalario de Navarra (CHN).

Instalaciones térmicas más eficientes

La obra ha supuesto pasar de dos calderas de gasóleo con una potencia total de 3.200 kW a seis de gas de 600 kW cada una, con una potencia total de 3.600 kW. Este fraccionamiento de potencia supone una mejora del rendimiento, ya que permite adaptarse en mayor medida a la demanda, y garantiza además la seguridad del servicio ante posibles averías (en épocas de gran demanda, si se estropea una caldera, las restantes podrán asumir este trabajo).

Hasta ahora, la producción de energía térmica en la clínica Ubarmin se realizaba en un 80% a través de dos calderas de gasóleo no modulantes, de 28 años de antigüedad, que daban servicio a un único colector desde el cual se distribuía el calor necesario para alimentar los circuitos de calefacción y agua caliente sanitaria. El 20% de la energía restante se obtenía a través del sistema de geotermia con el que cuenta el hospital, instalación que ha quedado integrada en la reforma y cuyo uso sigue siendo prioritario, por tratarse de una energía limpia.

 
 
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