Según el último índice de Eficiencia Energética en los hogares, publicado por Fundación Gas Natural Fenosa, las familias españolas pueden ahorrar una media del 27% en su factura energética aplicando sencillos cambios en sus hábitos de consumo. Ese porcentaje puede alcanzar el 40% si se llevan a cabo pequeñas reformas que no exijan un elevado presupuesto, de acuerdo al estudio «Re-habilitación exprés para hogares vulnerables. Soluciones a bajo coste», impulsado por esta entidad y que fue presentado el pasado 30 de noviembre.
El estudio «Re-habilitación exprés para hogares vulnerables» es fruto de un trabajo de investigación dirigido por Margarita de Luxán, Catedrática Emérita de la Universidad Politécnica de Madrid, la cual fue la encargada de presentar los datos del estudio durante un encuentro con la prensa celebrado en la sede de Gas Natural Fenosa en Madrid. El director de la Fundación, Martí Solá, acompañó a Margarita de Luxán.
El objetivo de este trabajo es mejorar las condiciones de bienestar térmico y reducir el consumo energético de las viviendas habitadas por familias en situación de pobreza energética. Para ello, se propone una serie de soluciones de bajo coste, de aplicación sencilla, cuya puesta en obra sea rápida y que se puedan realizar desde el interior de la vivienda, sin necesidad de licencias municipales.
El análisis se ha llevado a cabo en cuatro ciudades seleccionadas por su representatividad climática y poblacional: Madrid, Barcelona, Sevilla y La Coruña. Las soluciones propuestas tienen en cuenta la meteorología de cada una de estas regiones, sus datos demográficos y económicos, así como las características de las viviendas más habituales. El resultado es un catálogo de más de 77 soluciones constructivas adaptadas a las condiciones de cada ciudad.
El fin último es incrementar la eficiencia energética en hogares vulnerables, lo que reduciría el consumo energético y mejoraría las condiciones de bienestar térmico.
Compromiso frente a la pobreza energética
Para combatir la pobreza energética, el estudio parte de las características específicas de las viviendas en las que se alojan familias en situación de vulnerabilitad. A partir de ahí se proponen soluciones que mejoren las condiciones de bienestar, de forma individual, con intervenciones de bajo coste y rápida aplicación y que no comprometen futuras actuaciones integrales.
Las personas en situación de pobreza energétia hacen un uso muy restringido, o casi nulo, de sus instalaciones de calefacción o refrigeración. Por tanto, la mejora de sus condiciones térmicas interiores mediante la rehabilitación de la envolvente de sus viviendas supone una solución eficaz y duradera en el tiempo.
Catálogo de soluciones
El carácter de las intervenciones de bajo coste y rápida ejecución para las viviendas requiere soluciones que cumplan una serie de requisitos como que su puesta en obra sea rápida y que se puedan realizar desde el interior de la vivienda, para no afectar a elementos comunes. También resulta importante que no sea preciso la solicitud de licencia de obras ni de permisos de comunidad de propietarios.
Teniendo en cuenta que las transferencias térmicas se producen a través de la envolvente, las soluciones propuestas por el estudio de Fundación Gas Natural Fenosa se clasifican en cinco grandes categorías: Fachada, suelos, cubiertas, carpintería y vidrios y protecciones solares.
Bajo estos criterios, el catálogo ha permitido identificar 77 soluciones constructivas que se consideran de mayor viabilidad, cada una con su ficha correspondiente. En estas fichas se recoge información general de las soluciones, las casa comerciales que distribuyen los productos y los datos técnicos de mayor relevancia para la evaluación de su conveniencia. Además, se recogen distintas recomendaciones sobre su empleo, montaje y puesta en obra justo al coste estimado.
Según las estimaciones de la investigación, el coste de dichas obras se encuentra en un rango que va desde los 1.635 euros a los 7.970 euros, según la combinación de medidas adaptadas.
«No son soluciones que se ajusten al Código Técnico de la Edificación, pero sí son eficaces, tal y como demuestra la reducción en la demanda de refrigeración y calefacción que pueden alcanzar las viviendas que acometen estas obras», explicó Margarita de Luxán.
Ahorros energéticos con rehabilitaciones exprés
Los hogares en situación de pobreza y vulnerabilidad energética no suelen utilizar sistemas de climatización porque no pueden permitirse ese gasto. Por tanto, tal y como se matiza en el estudio, las viviendas no se mantienen en condiciones de bienestar adecuadas todo el año. De este modo, no tiene sentido un análisis de retorno de la inversión económica de mejora de la vivienda, ya que no es posible estimar el ahorro económico cuando la situación inicial es que apenas se produce gasto.
Por ese motivo, se ha considerado necesario evaluar las temperaturas interiores de las viviendas antes y después de la aplicación de las soluciones, en condiciones pasivas, sin hacer uso de los sistemas de climatización.
De esta manera, es posible estimar el binestar interior en la situación más desfavorable, en la que los hogares no pueden permitirse encender la calefacción o la refrigeración.
Los datos son distintos para cada localidad, pero en todos los casos se observa que , tras la intervención exprés, en invierno disminuyen, incluso desaparecen, las temperaturas inferiores a 10ºC en el interior de la vivienda y aumenta el porcentaje de tiempo en el que el hogar está a una temperatura superior a los 18,5ºC.
En el caso de verano, se reduce el periodo de tiempo en el que la temperatura se encuentra por encima de los 29ºC, especialmente en las viviendas de la última planta.
El número de días en bienestar se incrementa del 10% al 15% en los meses de invierno y del 7% al 15% en verano.
Pobreza monetaria y pobreza energética
La metodología utilizada en el estudio permite clasificar los hogares en función de su posición relativa frente a la delimitación de los distintos umbrales de pobreza energética y pobreza monetaria. De esta manera se definen seis grupos:
- Grupo 1 (G1): Hogares en situación de pobreza energética y monetaria.
- Grupo 2 (G2): Hogares en situación de pobreza monetaria.
- Grupo 3 (G3): Hogares en situación de pobreza energética.
- Grupo 4 (G4): Hogares en situación de vulnerabilidad a la pobreza energética y monetaria.
- Grupo 5 (G5): Hogares en situación de vulnerabilidad a la pobreza monetaria.
- Grupo 6 (G6): Hogares sin pobreza energética ni monetaria.
Impacto de las soluciones en la pobreza energética
Según se matiza en el estudio, en todos los casos analizados, en aquellos hogares en los cuales la pobreza monetaria se solapa con la pobreza energética, las medidas de intervención exprés consiguen mejorar sus condiciones considerablemente, pero no son suficientes para sacar a estos hogares de una situación de pobreza energética.
Una rehabilitación exprés en una vivienda situada en el Grupo 1 la alejaría de la pobreza energética, pero se mantendría en situación solapada de pobreza monetaria. Sería necesario adoptar otro tipo de medidas, como la reducción del gasto de energía o el incremento de renta, para que se consiguiese que este hogar saliera de su situación.
Por otro lado, los hogares del Grupo 3 (pobreza energética) podrían salir de esta situación con soluciones de bajo coste. Aun así, las rentas más bajas se encontrarían en situación de vulnerabilidad, por lo que para garantizar que no volvieran a la pobreza energética, sería necesario asegurar mayor reducción del gasto energético, por ejemplo, con una rehabilitación integral del edificio o medidas que le permitan incrementar su renta.
En conclusión, el impacto de la intervención exprés siempre resulta positivo sobre la situación de vulnerabilidad energética de las familias. Por un lado, se consigue un ahorro económico por una mayor eficiencia de la vivienda. Por otro, se incrementa el número de horas en bienestar y el porcentaje de horas en cada rango de temperatura.
Tanto Margarita de Luxán como Martí Solá coincidieron en la necesidad de que las administraciones públicas adopten medidas para que soluciones como las propuestas en este estudio sean una realidad. «La pobreza energética se puede paliar, pero administraciones públicas y empresas energéticas tienen que trabajar juntas», concluyó el director de Fundación Gas Natural Fenosa.