Powerty incrementa el uso de energías renovables para facilitar el consumo energético y luchar contra la pobreza energética

El proyecto Powerty ha facilitado a los colectivos vulnerables el acceso a las energías renovables y el establecimiento de nuevos modelos de financiación como medidas innovadoras, pero además ha permitido sumarse a otras más tradicionales como la rehabilitación energética o las ayudas para hacer frente al coste de los suministros energéticos.

El incremento del uso de las energías renovables para usos térmicos en la edificación y la producción de electricidad de personas vulnerables ha sido el eje del proyecto.

Estas soluciones se han aplicado en hogares afectados por la pobreza energética de las seis regiones socias del proyecto para mejorar su calidad de vida y ha llevado a cabo más de 50 buenas prácticas y casi 50 eventos en los que han participado 60 stakeholders que establecen Planes de Acción Regionales para cubrir una población de más de 25 millones de habitantes.

Dicho proyecto, que ha desarrollado un proceso de aprendizaje completo para facilitar un flujo de conocimiento efectivo entre regiones, ha contado con un presupuesto de 1.335.118 euros. Powerty comenzó el 1 de agosto de 2019 y se dará por concluido el 31 de julio de 2023 aunque ya se han dado a conocer los resultados.

El objetivo fundamental ha sido incrementar el uso de energías renovables para la producción de electricidad y usos térmicos en la edificación, en particular favoreciendo la pequeña generación en puntos próximos al consumo, y reduciendo las emisiones de CO2.

Los socios participantes que han expuesto sus experiencias son la propia Agencia Andaluza de la Energía por parte de España, la Agencia de Medio Ambiente y Energía de la región de Auvergne Rhône-Alpes (AURA-EE), de Francia; la Agencia de Energía de Plovdid (EAP), por parte de Bulgaria; Agglomeration Opole Trust (AOT, federación de 21 municipios), de Polonia; la Agencia de Desarrollo e Inversiones Públicas (VIPA), de Lituania; y la Universidad de Mánchester a través del Observatorio Europeo de Pobreza Energética (EPOV), por parte del Reino Unido.

Comunidad energética Torreblanca

En Andalucía, la Agencia Andaluza de la Energía, líder del proyecto, ha promovido la primera comunidad energética llevada a cabo íntegramente en un entorno desfavorecido. Se trata del barrio sevillano de Torreblanca, catalogado como uno de los más pobres de España, según los Indicadores Urbanos del Instituto Nacional de Estadística, y en el que viven más de 18.000 personas, gran parte de las cuales en situación de pobreza energética.

La primera comunidad energética en un entorno desfavorecido se ha llevado a cabo en el barrio sevillano de Torreblanca que cuenta con más de 18.000 personas, la mayoría en situación de pobreza energética.

Dos instalaciones fotovoltaicas (con 70 paneles y una potencia de 10 kW y 5 kW, respectivamente), ubicadas en dos colegios públicos de la zona, permitirán a partir del último trimestre de este año que 14 familias y los propios centros educativos reciban energía de forma gratuita, lo que les permitirá ahorrar hasta un 40% en su factura eléctrica.

El proyecto ha incluido asistencia jurídica, que ha analizado las figuras jurídicas más adecuadas para la creación de un CEE y los mecanismos de colaboración público-privada para la cesión de las cubiertas de los colegios públicos por parte del Ayuntamiento de Sevilla a la asociación ‘Torreblanca Ilumina’. Además, ha incluido asistencia social, que ha llevado a cabo un completo proceso de gestión social, participación ciudadana y sensibilización, durante el cual se han realizado jornadas informativas y activas.

El proyecto ha consistido en la instalación de 70 paneles fotovoltaicos en dos colegios del barrio de Torreblanca para autoconsumo energético.

También se ha puesto en marcha la ‘Oficina de la Energía’ para dar un asesoramiento personalizado a las familias del barrio. Asimismo, ofrece asistencia técnica para todos los trabajos de diseño, análisis energético, tramitación y legalización de la instalación de autoconsumo, así como análisis y mejora de la factura eléctrica de las familias.

Cualquier zona vulnerable puede inspirarse en esta buena práctica para utilizar las cubiertas de los edificios públicos para instalaciones colectivas y compartir energía con los vecinos del barrio. Esta es una de las acciones a realizar por una comunidad energética, aunque no es la única. Por ejemplo, se pueden implementar medidas de ahorro y eficiencia energética y movilidad sostenible para complementar las energías renovables.

Otros casos de éxito

Otra solución probada en el proyecto Powerty se encuentra en el uso de baterías residenciales unidas al autoconsumo. Los expertos consideran fundamental la expansión del almacenamiento en Europa para aprovechar todos los beneficios derivados de un despliegue más amplio de las energías renovables.

Gracias a las instalaciones fotovoltaicas con sistemas de almacenamiento puestas en marcha en tres edificios de viviendas sociales de Plovdiv (Bulgaria), los vecinos cubrirán hasta el 80% de la demanda de calefacción eléctrica.

Precisamente, eso están haciendo en Bulgaria, donde un tercio de los hogares están afectados por la pobreza energética convirtiéndolo en el país europeo con las tasas más altas. En el municipio de Plovdiv, gracias al proyecto Powerty, se han puesto en marcha instalaciones fotovoltaicas con sistemas de almacenamiento en tres edificios de viviendas sociales con los que han conseguido cubrir entre el 60% y el 80% de la demanda de calefacción eléctrica.

De esta manera han alcanzado más autosuficiencia energética y han reducido su factura eléctrica, por lo que son una solución viable, rentable y atractiva para el alivio de la pobreza energética con múltiples beneficios aplicables a los hogares de bajos ingresos. Los resultados alcanzados han permitido que el ayuntamiento haya aprobado su extensión a otros 70 edificios públicos.

En Francia, cerca de siete millones de hogares se encuentran en una situación de inseguridad energética. En la región Auvergne Rhône-Alpes (Francia), en el marco del proyecto, se ha movilizado la financiación ciudadana y se ha establecido un modelo contractual y económico validado por expertos que han convertido a las comunidades energéticas en un nuevo operador de energía que se hace cargo de los trámites administrativos y económicos para mejorar la eficiencia de los edificios en entornos vulnerables.

En Francia, las comunidades energéticas se han convertido en un operador que se hace cargo de trámites económicos y administrativos para mejorar la eficiencia energética de edificios en zonas vulnerables.

Así, mediante la constitución de una comunidad energética se vende electricidad a la red para invertir el dinero en nuevos proyectos de eficiencia energética y energías renovables en los hogares vulnerables. Los beneficiarios devuelven el coste de la inversión a través de una renta calculada en base al ahorro esperado como si se tratara de una empresa de servicios energéticos.

En Lituania, el segundo país tras Bulgaria con mayor pobreza energética en Europa, con inviernos de entre -8 y -20 grados, existen aproximadamente 32.000 edificios de apartamentos construidos con los estándares técnicos de 1993, muchos de los cuales no pueden afrontar la reforma necesaria para mejorar su eficiencia y reducir el consumo energético.

Uno de los problemas de los colectivos más vulnerables para instalar energías renovables en sus hogares es el acceso a los sistemas de financiación tradicionales. Por ello, desde el gobierno lituano se realizaron cambios legislativos que incluían instrumentos financieros especialmente adaptados a estos colectivos y exigían un compromiso de ahorro al ciudadano, que han favorecido rehabilitaciones energéticas y la instalación de tecnologías renovables en más de 3.000 edificios de apartamentos.

Guía jurídica para el desarrollo de CCEE en zonas vulnerables

La Agencia Andaluza de la Energía ha elaborado la Guía jurídica para el desarrollo de comunidades energéticas en zonas vulnerables dentro del proyecto europeo Powerty, donde se recoge un estudio de las distintas figuras jurídicas existentes en la normativa nacional y andaluza (cooperativa, asociación sin ánimo de lucro, comunidad de vecinos, comunidad de bienes, comunidad de propietarios, agrupaciones de interés económico, etc.) que mejor se adaptan al funcionamiento de una comunidad energética según las definiciones recogidas en las directivas europeas.

La guía recoge las figuras jurídicas existentes en la normativa andaluza y nacional que se adaptan mejor al funcionamiento de una comunidad energética.

También aborda el análisis de los instrumentos jurídicos que tiene la Administración local en Andalucía para impulsar las comunidades energéticas, incluida su participación directa como miembro, socio o integrante de las mismas; y desarrolla un manual de funcionamiento de una comunidad energética, describiendo los diferentes tipos de miembros y sus funciones, sus derechos y obligaciones, así como el protocolo de entrada y salida de estos. Además, recoge un modelo de Estatuto para la creación de una comunidad energética.

La descarbonización del sistema energético requiere que todos los ciudadanos europeos puedan hacer pleno uso de las energías renovables. Sin embargo, existe un alto porcentaje de ciudadanos con muchas dificultades para disponer de instalaciones y equipos de energías renovables, en particular los colectivos vulnerables, incluidos los afectados por la pobreza energética.

En resumen, gracias a Powerty se han facilitado nuevas instalaciones de energías renovables para proporcionar energía segura y limpia a hogares vulnerables. Además, a través del proyecto se fomenta que las empresas suministradoras de energías renovables ofrezcan soluciones tecnológicas adaptadas a colectivos vulnerables activando su responsabilidad social corporativa.

 
 
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