Biomasa y monitorización en un edificio histórico de Sestao con Calificación Energética «A»

El consejero Arriola y el alcalde de Sestao visitan la Casa del Arco, tras su rehabilitación integral.

Un  histórico edificio de 47 viviendas ubicado en el corazón de Sestao, conocido como Casa del Arco, ha sido objeto de de un proceso de rehabilitación integral en el que se han tenido en cuenta medidas de ahorro y eficiencia energética. Una renovada instalación de calefacción que emplea biomasa como combustible y un sistema de monitorización de consumos son dos de los elementos que han permitido a este inmueble obtener la letra A en la Calificación Energética.

El consejero Arriola y el alcalde de Sestao visitan la Casa del Arco, tras su rehabilitación integral en la que se han tenido en cuenta medidas de ahorro y eficiencia energética, como calefacción con biomasa y monitorización de consumos.

El consejero de Medio Ambiente, Planificación Territorial y Vivienda, Iñaki Arriola, y el alcalde de Sestao, Josu Bergara, visitado en la mañana del 14 de noviembre el emblemático edificio de la calle Txabarri, más conocido como ‘Casa del Arco’, que ha sido objeto de un proceso de rehabilitación integral por parte de la sociedad pública de regeneración urbanística Sestao Berri, participada al 50% por el Gobierno Vasco y el consistorio vizcaíno.

El conjunto de viviendas de Txabarri 25-31, promovido en 1890 por Ricardo Vildosala Arrarte, escribano de Sestao, fue una iniciativa de gran envergadura, prototipo de las casas de viviendas de alquiler obreras de la época. La antigüedad del edificio, su mal estado de conservación, así como sus pésimas condiciones de habitabilidad y salubridad, hacían necesaria una actuación de rehabilitación integral, que ha desarrollado Sestao Berri dentro de una operación más amplia de regeneración urbanística y social de la zona.

La rehabilitación, que ha contado con un presupuesto de 3,7 millones de euros y ha sido financiada por el Gobierno Vasco, el Ayuntamiento de Sestao y el proyecto europeo EU-GUGLE, se ha llevado a cabo con criterios de eficiencia energética, innovación y sostenibilidad.

Alta eficiencia energética

Su estructura general se ha mantenido intacta y se han conservado tanto el esqueleto de madera como las fachadas. Se han adoptado distintas medidas para reducir la demanda energética de las viviendas que, por otra parte, reutilizarán las aguas grises de duchas y lavabos para cargar las cisternas de los inodoros.

Como sistema de energía se ha optado por la biomasa, en concreto por los pellets de madera. Además, durante la rehabilitación se ha instalado un sistema de monitorización que permitirá conocer datos de consumo del edificio a nivel general e individual (en cada vivienda) y saber cuál es el nivel de confort de los usuarios.

El consejero Arriola ha destacado que actuaciones como la llevada a cabo en Txabarri “sirven para mostrar al conjunto de la sociedad que rehabilitar los viejos edificios y revitalizar barrios en declive no sólo es factible, sino muy rentable desde el punto de vista social y ambiental”.

 
 
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