El nuevo etiquetado energético se implanta en la Unión Europea

Nuevas etiquetas energéticas a partir del 1 de marzo

Los consumidores de la Unión Europea que hayan adquirido nuevos electrodomésticos desde noviembre pueden ver dos etiquetas energéticas en el embalaje de su producto adquirido, y aquellos que los compren a partir del 1 de marzo de 2021 ya solamente encontrarán una. Será el nuevo etiquetado energético en la UE.

La etiqueta energética es reconocida por el 93% de los consumidores, y el 79% la considera a la hora de adquirir productos energéticamente eficientes, según el Eurobarómetro Especial 492 realizado por la Comisión Europea.

La etiqueta energética de lavadoras, lavadoras-secadoras, lavavajillas, frigoríficos, pantallas electrónicas o televisiones se renovará el 1 de marzo de 2021. Como proceso de transición, la nueva etiqueta convive estos últimos meses con la anterior, ambas etiquetas se incluyen en los embalajes de los productos para ayudar a los consumidores a entender el cambio.

Cambio de etiquetado energético

Hasta ahora, los productos estaban etiquetados en una escala de A +++ (más eficiente) a G (menos eficiente), pero al ser difícil de entender para el consumidor se hizo necesario un proceso de ‘reescalado’ más simple (escala de A a G) de la etiqueta.

El cambio de etiquetas energéticas entrará en vigor el 1 de marzo, y el 1 de septiembre para las fuentes de luz.

Adicionalmente al cambio de escala de la etiqueta, la nueva normativa también modifica el método de cálculo de la eficiencia energética, por lo que no habrá una correspondencia directa entre las etiquetas antiguas y las nuevas. Como resultado de ese ajuste, los electrodomésticos más eficientes que antes pertenecían a la clase A+++, quedarán asignados a la clase B o C. Por ejemplo, la clase A+++ de eficiencia se convertirá en una clase B después de este reescalado, sin ningún cambio en su consumo de energía. No obstante, no siempre habrá una correspondencia directa entre clases, es decir, no siempre una etiqueta actual A va a tener que pasar a ser una D, puesto que la metodología de cálculo también se ha revisado. En cuanto a la clase A, inicialmente podría estar vacía para dejar espacio a modelos con mayor eficiencia energética.

La medida afectará a las neveras, lavavajillas, lavadoras, lavasecadoras, pantallas electrónicas y televisores a partir del 1 de marzo, mientras que en las lámparas se aplicará desde el 1 de septiembre de 2021. En concreto, las etiquetas antiguas se sustituirán en las tiendas después de un breve período de transición de dos semanas a partir de la fecha, los distribuidores tendrán 14 días laborales para reemplazar las etiquetas energéticas existentes con la nueva de tal forma que sean visibles en los expositores.

Las etiquetas energéticas de la UE

Desde su creación en 1994, las etiquetas energéticas de la UE han ayudado a los consumidores a elegir productos que utilizan menos energía, y han permitido a los fabricantes seguir innovando y desarrollar productos más eficientes desde el punto de vista energético.

Las nuevas etiquetas para lavavajillas, lavadoras, lavasecadoras, frigoríficos y pantallas electrónicas deben ser visibles en las tiendas. Los minoristas deberán hacer el cambio en dos semanas a partir del 1 de marzo.

Para algunas categorías de productos, la clase A ya no bastaba para describir los productos más eficientes energéticamente, por lo que fue necesario añadir al sistema de clasificación las clases A+, A++ e incluso A+++. Al mismo tiempo, las clases inferiores (E, F, G) se fueron eliminando para algunas categorías de productos debido a los requisitos de diseño ecológico o a que eran tan poco frecuentes que dejaron de ser necesarias. En este contexto, debía implantarse un sistema más sencillo para las etiquetas energéticas de la UE.

El formato definitivo y la identidad visual de las nuevas etiquetas energéticas que ahora se van a implantar fueron adoptados por la Comisión Europea en marzo de 2019, volviendo a introducir una clasificación simplificada, utilizando únicamente las letras A a G.

Base de datos europea de productos para el etiquetado energético

Las nuevas etiquetas incluirán un código QR en su parte superior derecha. Al escanearlo los consumidores tendrán acceso a información más detallada sobre los productos en la base de datos europea de productos para el etiquetado energético (EPREL). Los consumidores podrán buscar en la base de datos de productos etiquetas energéticas y hojas de información de productos, desde marzo de 2021 para las primeras categorías de productos
reescaladas. Este sistema ayudará a las autoridades nacionales de vigilancia del mercado a comprobar que los productos cumplen los requisitos de eficiencia energética y que la información que figura en la etiqueta es correcta.

Elementos de la nueva etiqueta energética.

Además, las nuevas etiquetas también pueden presentar iconos que muestren información útil para los consumidores, como la capacidad o las dimensiones del producto, el nivel de ruido o el consumo de agua.

Para que esta transición sea efectiva, OCU, a través del proyecto europeo BELT (Boost Energy Label Take Up), junto con Ecodes, a través del proyecto Label 2020, ambos financiados por Horizonte 2020, desarrollan acciones para ayudar a los consumidores a que sigan eligiendo productos de mejor rendimiento y a que los fabricantes investiguen y pongan en el mercado electrodomésticos más eficientes. También a que los distribuidores y minoristas entiendan este cambio y puedan transmitirlo a los consumidores; y por último a las administraciones, para que lo tengan en cuenta tanto en los contratos públicos como a la hora de asesorar e informar a los ciudadanos.

Proyecto Label 2020

El proyecto Label 2020 comenzó en junio de 2019 y finalizará en enero de 2023. Se desarrolla paralelamente en 16 Estados miembros de la Unión Europea, coordinado por la Agencia Austriaca de la Energía (AEA). Ecodes es el socio español del proyecto.

Los proyectos europeos Label 2020 y BELT explican el cambio de las etiquetas energéticas.

En la web de Label 2020 se encuentra información actualizada sobre los cambios de etiquetado y cómo van a afectar a los diferentes grupos de productos, así como también se muestra información dirigida a diferentes actores: consumidores, administraciones públicas, distribuidores y fabricantes.

Hasta la fecha han desarrollado iniciativas como un vídeo spot de televisión, y guías de información para distribuidores y para Administraciones públicas y procuradores. En la actualidad, desarrollan folletos generales sobre el cambio de etiquetado y específicos para grupos de producto; materiales de aprendizaje para distribuidores y vendedores, como un programa de formación e-learning u hojas informativas para vendedores en las que se dan consejos para explicar la nueva etiqueta a los consumidores; una aplicación IT dirigida a consumidores para comparar productos presentes en la base de datos EPREL; y un folleto explicativo del proyecto para Administraciones públicas.

También han desarrollado un folleto sobre el doble etiquetado, junto con IDAE y BELT, para ser utilizado por fabricantes, y celebraron un webinar el pasado mes de octubre, junto con OCU, gestores del proyecto BELT, con agentes de diferentes sectores.

Proyecto BELT

En la misma línea, el proyecto BELT tiene el objetivo de “suavizar” el período de transición del etiquetado energético, informando y apoyando a todas las partes involucradas, para reducir al mínimo los errores en todos los niveles de la cadena de valor desde el fabricante hasta el consumidor.

Con la nueva etiqueta energética se vuelve a una escala más simple (de A a G).

El proyecto BELT cuenta con 11 socios de 7 países, que trabajarán durante 30 meses, desde septiembre de 2019, para ayudar en esta transición. La iniciativa tiene tres objetivos principales: facilitar el período de transición a la nueva etiqueta, informando y capacitando a todos los interesados y principales actores del mercado; estimular a los consumidores a elegir productos con mejor rendimiento energético; y estimular a los fabricantes a investigar y mejorar aún más sus productos.

Para alcanzar estos objetivos, BELT ha creado un consorcio que incluye a las principales partes involucradas: consumidores, fabricantes, minoristas, administraciones, así como asociaciones sectoriales. Esto ayudará a tener siempre información de primera mano y saber cómo está evolucionando el mercado, comprobando que la información es la correcta para que los consumidores puedan comprar adecuadamente.

En OCU, dentro del proyecto BELT, han desarrollado una web con información sobre cada una de las familias en las que se produce el cambio de etiqueta, donde se puede comparar la información contenida tanto en las etiquetas antiguas como en las nuevas. También disponen de una herramienta online que ayuda a esta comparación entre las etiquetas, y han desarrollado vídeos informativos, tanto para consumidores, como para administraciones, fabricantes, distribuidores y tiendas.

Los proyectos europeos BELT y Label 2020 trabajan para que la información llegue de la forma más clara posible a consumidores, administraciones públicas, fabricantes, distribuidores y vendedores. Se espera que las nuevas etiquetas sean más claras para el consumidor y motiven la adquisición de productos más eficientes. Y al mismo tiempo, se pretende animar a los fabricantes a continuar investigando e innovando en tecnologías más eficientes desde el punto de vista energético. En los próximos años seguirán otros grupos de productos con etiquetas energéticas de la UE.

 
 
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