El Miteco analiza el impacto de la pandemia en los indicadores de la pobreza energética en 2020

El Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) ha publicado la ‘Actualización de los indicadores de la Estrategia Nacional contra la Pobreza Energética‘, correspondientes al año 2020 marcados por la pandemia. En este informe, se realiza un análisis de cada uno de los indicadores propuestos por el Observatorio Europeo de Pobreza Energética (EPOV). Los resultados del análisis realizado reflejan el impacto negativo que la pandemia de la COVID-19 ha tenido en el ámbito de la pobreza energética a través de los indicadores relativos a la temperatura del hogar y al retraso del pago de facturas. De otro lado, se registra una mejora en el indicador de la pobreza energética escondida y se observa un resultado estable para el indicador de gasto energético desproporcionado.

Evolución de los cuatro indicadores de pobreza energética desde el año 2017 hasta 2020. Fuente: Miteco.

La actualización anual de los indicadores contribuye a conocer mejor la evolución de las situaciones de pobreza energética, la eficacia de las medidas y el análisis de los instrumentos para combatirla. En este informe, se realiza un análisis de cada uno de los indicadores en profundidad y se estudia la relación de cada uno de ellos con variables como la situación de empleo, el número de miembros del hogar o la zona climática.

Menor renta, mayor esfuerzo

El confinamiento decretado en marzo de 2020 y la consiguiente reducción en toda la actividad económica han afectado notablemente al colectivo de personas en situación de vulnerabilidad energética. La disminución de las rentas disponibles ha provocado que las necesidades energéticas hayan sido cubiertas a costa de un mayor esfuerzo por parte de las familias afectadas, que han necesitado destinar una mayor proporción de sus ingresos a la cobertura de sus consumos energéticos.

A pesar de las medidas antes mencionadas para hacer frente a los efectos de la pandemia en el ámbito de la pobreza energética, los datos de los indicadores del informe correspondientes al 2020 reflejan la necesidad de seguir ahondando en el conjunto de medidas orientadas a reducir el número de hogares que se encuentran en situación de pobreza energética.

Impacto negativo de la pandemia en la pobreza energética

Tras el análisis realizado de los datos proporcionados a través de la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) y de la Encuesta de Presupuestos Familiares (EPF), elaboradas por el Instituto Nacional de Estadística (INE), se observa el impacto negativo que la pandemia provocada por la COVID-19 ha tenido en el ámbito de la pobreza energética. Así, en 2020, sólo el indicador de pobreza energética escondida (Hidden Energy Poverty, HEP), definido como el porcentaje de los hogares cuyo gasto energético es inferior a la mitad de la media nacional, presenta mejoría.

Por su parte, el indicador de gasto desproporcionado se mantiene prácticamente constante (con un ligero incremento respecto del año anterior), la pobreza energética escondida disminuye en comparación con 2019 mientras que la temperatura inadecuada en la vivienda en invierno y el retraso en el pago de facturas de suministros de la vivienda sufren un incremento significativo.

A inicios de 2022, el Gobierno ha anunciado que continuará reforzando la protección de los consumidores vulnerables sometiendo a información pública dos proyectos de real decreto que incluirán medidas como la ampliación de la población susceptible de recibir el bono social y la renovación automática del mismo para los beneficiarios.

 
 
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