Acuerdo provisional de la UE sobre la revisión de la Directiva relativa a la eficiencia energética de los edificios

Acuerdo provisional sobre la revisión de la Directiva relativa a la eficiencia energética de los edificios

El acuerdo alcanzado deberá ser refrendado y adoptado formalmente por el Consejo y Parlamento europeos.

El Consejo Europeo y el Parlamento Europeo han alcanzado un acuerdo político provisional sobre la propuesta de revisión de la Directiva relativa a la eficiencia energética de los edificios que presentó la Comisión Europea, como parte del paquete ‘Fit for 55’. Los principales objetivos de la revisión son que de aquí a 2030 todos los edificios nuevos sean de cero emisiones y los existentes se transformen en edificios de cero emisiones de aquí a 2050, que también deberán renovarse para alcanzar los niveles de eficiencia energética acordados.

Las nuevas normas incluyen la necesidad de renovación de los edificios para alcanzar los niveles de eficiencia energética acordados.

La Directiva sobre eficiencia energética de los edificios reforzada respaldará los esfuerzos de la UE para descarbonizar los edificios en toda la Unión Europea. Se trata de un ámbito en el que el impacto del Pacto Verde Europeo mejorará la calidad de vida de las personas, en sus hogares y lugares de trabajo, y reducirá sus facturas energéticas. Este acuerdo también impulsará la independencia energética de Europa en línea con el Plan REPowerEU y constituirá un sólido argumento comercial para un sector de edificios más limpio en la UE.

El acuerdo alcanzado deberá ser refrendado y adoptado formalmente por el Consejo y Parlamento europeos.

Medidas para impulsar el rendimiento energético de los edificios

La Directiva revisada establecerá una serie de medidas para impulsar el rendimiento energético de los edificios. En este contexto, cada Estado miembro adoptará su propia trayectoria nacional para reducir el uso medio de energía primaria de los edificios residenciales en un 16% para 2030 y entre un 20% y un 22% para 2035, permitiendo suficiente flexibilidad para tener en cuenta las circunstancias nacionales.

Para el parque de edificios no residenciales, las normas revisadas exigen mejorarlo de forma gradual mediante estándares mínimos de eficiencia energética. Esto conducirá a renovar el 16% de los edificios con peor rendimiento para 2030 y el 26% de los edificios con peor rendimiento para 2033. Los Estados miembros tendrán la posibilidad de eximir de estas obligaciones a determinadas categorías de edificios residenciales y no residenciales, incluidos los edificios históricos o las casas de vacaciones.

Los certificados de eficiencia energética mejorados se basarán en un modelo común de la UE con criterios comunes, para informar mejor a los ciudadanos y facilitar las decisiones de financiación en toda la UE.

Para luchar contra la pobreza energética y reducir las facturas de energía, las medidas de financiación tendrán que incentivar y acompañar las renovaciones y estar dirigidas en particular a los clientes vulnerables y a los edificios de peor rendimiento. Los Estados miembros también tendrán que garantizar que existan salvaguardias para los inquilinos, ayudando a abordar el riesgo de desalojo de hogares vulnerables debido al aumento desproporcionado del alquiler tras una renovación.

La Directiva sobre eficiencia energética de los edificios renovada contiene medidas para mejorar tanto la planificación estratégica de las renovaciones como las herramientas para garantizar que dichas renovaciones se lleven a cabo. Según las disposiciones acordadas, los Estados miembros deben establecer planes nacionales de renovación de edificios, esquemas nacionales de pasaportes para la renovación de edificios y ventanillas únicas.

Calderas de combustibles fósiles y energía solar

Por otro lado, los Estados miembros adoptarán medidas para descarbonizar los sistemas de calefacción y eliminar gradualmente los combustibles fósiles en calefacción y refrigeración con el objetivo de eliminar por completo las calderas de combustibles fósiles para 2040. Los Estados miembros también tendrán que dejar de subvencionar las calderas independientes de combustibles fósiles a partir de 2025. No obstante, los incentivos seguirán siendo posibles para los sistemas de calefacción híbridos.

El acuerdo también impulsará la adopción de la movilidad sostenible gracias a disposiciones sobre precableado, puntos de recarga para vehículos eléctricos y plazas de aparcamiento para bicicletas.

Los Estados miembros también tendrán que garantizar que los nuevos edificios estén preparados para la energía solar. En los edificios públicos y no residenciales existentes, será necesario instalar energía solar gradualmente, a partir de 2027, cuando sea técnica, económica y funcionalmente viable. Estas disposiciones entrarán en vigor en diferentes momentos dependiendo del tipo y tamaño del edificio.

 
 
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