La Diputación Foral de Bizkaia ha aprobado el nuevo Plan Foral de Actuación Energética, un instrumento clave para profundizar en la transición hacia una administración pública más eficiente y sostenible. El plan parte de un diagnóstico energético detallado y articula 23 medidas concretas que incluyen auditorías energéticas, la rehabilitación y mejora de edificios, la modernización de la iluminación y la climatización, o la implantación de monitorización y energías renovables, entre otras.
El plan se ha presentado con el dato de que el sector foral ha logrado ya una reducción del 6% en su consumo energético, lo que supone un ahorro de 6,2 millones de kWh respecto al año base (media 2016-2018). Este avance constata la eficacia de las medidas implantadas en los últimos años y marca el camino hacia el objetivo fijado por la normativa autonómica: alcanzar un 35% de reducción en 2030.
Plan Foral de Actuación Energética
El plan parte de un diagnóstico energético detallado que analiza la evolución de consumos en edificios, instalaciones, parque móvil y Bizkaibus entre 2016 y 2024. Actualmente, existen 352 puntos de suministro y 371 instalaciones, entre alumbrado público, infraestructuras viarias, gestión de residuos o centros de procesamiento de datos. Los datos reflejan avances importantes: los edificios de la Diputación han reducido su consumo un 24%, el parque móvil un 15 %, y equipamientos como el Palacio Euskalduna o Aparkabisa alcanzan descensos del 20% y el 30%, respectivamente. En conjunto, el consumo total se sitúa hoy en 97,8 millones de kWh, frente a los 65,5 millones que deben alcanzarse en 2030.
Con este plan, Bizkaia cumple con las obligaciones establecidas por la Ley de Sostenibilidad Energética, que exige inventarios completos de consumos, auditorías y certificados energéticos, control telemático de suministros, renovación eficiente de instalaciones y vehículos, la implantación de energías renovables que cubran al menos el 32% del consumo en 2030, así como acciones de formación, sensibilización y evaluación periódica. El plan también se alinea con la nueva Ley de Transición Energética y Cambio Climático, que sitúa como metas una reducción del 45% de las emisiones para 2030 y la neutralidad climática para 2050.
Para alcanzar estos compromisos, el Plan Foral de Actuación Energética articula 23 medidas concretas que abarcan toda la estructura foral. Incluyen la reforzada coordinación interna, la centralización de inventarios, la formación del personal, las auditorías energéticas, la rehabilitación y mejora de edificios, la modernización de la iluminación y la climatización, la implantación de monitorización y energías renovables, la eficiencia en carreteras, la electrificación del parque móvil, el impulso a la movilidad sostenible y la incorporación de criterios energéticos en la contratación y los presupuestos. Cada actuación cuenta con responsables definidos, calendario y presupuesto estimado.
Además, el plan ha integrado un proceso participativo con el personal foral y la ciudadanía, de quienes se han recogido 901 cuestionarios internos y 1.056 aportaciones adicionales, incorporando sus propuestas en el diseño de las líneas de actuación.
