Fundación Repsol presenta su indicador social de Eficiencia Energética

El observatorio de la Energía de Fundación Repsol ha presentado el Indicador Social Repsol de Eficiencia Energética 2013, una herramienta que permite cuantificar numéricamente el estado de situación de la eficiencia energética desde una perspectiva social, por medio de tres indicadores conocimientos, actitudes y comportamientos.

Como ha indicado César Gallo, vicepresidente de Fundación Repsol, “El objetivo de este informe es medir, analizar y conocer la visión que la sociedad tiene de la eficiencia energética para introducir los cambios necesarios con el fin de conseguir una sociedad más sostenible”.

Para parte de la ciudadanía, la diferencia entre ahorro y eficiencia energética es muy difusa aún, pero el estudio de Fundación Repsol muestras que en los últimos años hay un mayor conocimiento en este sentido e interés por informarse. En general, la eficiencia energética se vincula con la utilización de tecnologías más innovadoras, lo que provoca que se asocie eficiencia energética directamente con inversión y con un desembolso inicial. En cambio, el ahorro es percibido por el ciudadano de a pie como la consecuencia de una acción humana. Asocia ahorro con energías tradicionales y la disminución de su uso, y en consecuencia con pérdida de confort.

Este último informe, que se publica cada dos años desde 2009, viene indudablemente afectado por el contexto de la crisis que vive España. La situación económica ha modificado comportamientos y actitudes respecto al uso de la energía y en palabras e César Gallo “la crisis ha afectado al consumo, de forma distinta, pero en todos los casos se ha buscado una reducción de factura, más por ahorro que por eficiencia energética.” La recesión económica tiene un efecto contradictorio en la ciudadanía. Por un lado, necesita recortar gastos de consumo; y por otro, las limitaciones económicas y la falta de financiación provocan que no se puedan tomar medidas que permitan reducir el consumo a la larga. Como consecuencia, el ahorro energético cobra mayor relevancia, por reducir el gasto a corto-medio plazo, y hace que el ciudadano vea la eficiencia energética como una cuestión de segundo nivel y vinculada a momentos de prosperidad.

Para finalizar la presentación de este 3º Indicador Repsol, el vicepresidente de la fundación ha expuesto una serie de medidas y recomendaciones dirigidas a la Administración y a los agentes sociales, para la promoción del conocimiento y el impulso de cambios de hábitos en la ciudadanía. “Se trata de que todos sumemos” ha recalcado César Gallo. La clave para Fundación Repsol está en movilizar e implicar al ciudadano con el esfuerzo conjunto y coordinado de todos los agentes. Para ello, los implicados deberán romper mitos como el que relaciona eficiencia energética con esfuerzo y pérdida de confort, concienciar sobre los beneficios alcanzables con la tecnología más eficiente o convertir en algo cotidiano para el ciudadano el consumo sostenible.

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