La Comisión Europea ha lanzado una consulta pública sobre los requisitos de diseño ecológico y etiquetado energético de las calderas de combustible sólido. De forma paralela, además, se realizará una convocatoria de pruebas. Las aportaciones de las partes interesadas y de la sociedad civil en ambos estudios serán valiosas para la preparación por parte de la Comisión Europea de nuevos objetivos medioambientales para las calderas de combustible sólido. Se espera que la nueva legislación que incluye esos objetivos se publique en el primer trimestre de 2025.
La consulta está dirigida a personas y organizaciones interesadas en estas normas. Se anima la retroalimentación del público en general, las autoridades públicas, las empresas y las organizaciones no gubernamentales. La consulta durará 12 semanas hasta el 21 de diciembre de 2023. Está disponible en los 24 idiomas de la UE.
Los requisitos de diseño ecológico de la UE tienen como objetivo hacer que los electrodomésticos sean más eficientes energéticamente y así ayudar a la UE a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero (y reducir la dependencia de las importaciones), también ayudan a los consumidores a reducir sus facturas de energía.
Eficiencia energética en calderas de combustible sólido
La Unión Europea introdujo en 2015 normas que establecen requisitos mínimos de eficiencia energética para las calderas de combustible sólido (Reglamento 2015/1189) y estableció normas de etiquetado energético para las calderas de combustible sólido (Reglamento 2015/1187).
Estas medidas han animado a los fabricantes a desarrollar calderas de combustible sólido más eficientes desde el punto de vista energético y menos contaminantes para el mercado de la UE, y han ayudado a los consumidores a elegir calentadores más avanzados, lo que se ha traducido en ahorros de energía para los consumidores, menores emisiones y una mejor calidad del aire, especialmente en zonas más densamente pobladas.
Esta nueva iniciativa va a evaluar, entre otros aspectos, el establecimiento de requisitos más estrictos en materia de eficiencia energética y emisiones contaminantes; la inclusión en el ámbito legal de las calderas alimentadas con biomasa no leñosa y de las calderas de potencia calorífica superior a 500 kW; la modificación de la etiqueta energética para incluir información adicional, como la eficiencia del calentamiento del agua o el nivel de emisiones contaminantes; la adopción de requisitos de eficiencia material, incluida la reparabilidad; y, por último, la necesidad de una certificación de terceros.